Terror es: Los mediocres que
vagan por el mundo como muertos en vida… y que cuando dejan de existir a nadie
le importan, a nadie le hacen falta y terminan en una fosa común.
Del libro VIVE (1985) de ALFONSO LARA CASTILLA
Un hombre
hastiado de su vida vacía e insignificante, deambula por un panteón. Ahí se encuentra
con un sepulturero, quién lo convence de acompañar a un muerto que no ha sido
enterrado por carecer de familiares que se preocupasen por él y recursos
económicos. El hombre ayuda a enterrarlo y colocar una cruz sobre la tumba del
desconocido. Casi era él, ese pobre cadáver.
Al hacerlo
piensa en su propia vida y anhela la muerte. Se da cuenta de su mediocridad, su
apatía y su falta de aspiraciones. Del poco valor que le ha dado a su vida y la
forma en que la ha malgastado por su pereza mental y espiritual. Entonces, se
ve suplicándole a la muerte que vaya a sacarle de su vida y lo lleve a
descansar.
Para su
sorpresa, entre la bruma aparece la
muerte que le reta con desprecio. Como imitándole le dijo burlonamente:
- “Ven, preciosa Muerte, sácame
de este valle de lágrimas, de sufrimientos. Mi alma no te olvida, quítame de
estas penas de la vida.” -De pronto, con enojo exploto: ¡Estoy harta de
soportar tanta cobardía...! Muchos seres como tu claman por mí y esperan mi
llegada. A mí me causan lástima. Además... da mucho trabajo sepultarlos, ya que
los hombres los han olvidado. Nadie los extraña pues nada han dejado en el
corazón de los que les rodea, más que pesimismo y reproches.
Estoy
cansada del clamor de los seres débiles y pobres de espíritu,
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